Viaje al noroeste Cordobés

Thursday, October 4th 2018  — 
 Josías Acostafotografíahistoriasreseña

Cosas maravillosas ocurren por fuera del asfalto.
En el medio del desierto brotan fuentes de agua.
El silencio del dogma frente al paraíso de la palabra que refresca, que circula.
El Quicho: milagro posmoderno.
No es el chorro lo que nos hace creer, es la existencia de otra forma de pensar la escuela.

Llegamos a la hora del huésped inoportuno: dos de la siesta, pleno almuerzo dominguero.

Como no podía ser de otra manera un asado, buen vino y anécdotas legendarias de resistencia en épocas perversas nos invitaron a quitarnos las sandalias del corazón, porque en Paso Viejo todo es Reino en derredor: ¿Qué es el monte ralo y espinoso, sino el brote de fe obstinada que quema y no consume?

Caminamos entre las casas del lote comunitario por el sendero que lleva hasta la casita del Carlos Julio y la Ceci. Entre mates intercambiamos historias que sembraron la flor que suele su rancho perfumar.

Esa noche nos dormimos descansando en el sueño de que otro mundo es posible.
Por la mañana, partimos para la Escuela Campesina en El Quicho.

El movimiento es bandera de otros modos de ser humanos y trabajar la tierra, otros modos de enseñar. Difícil de explicar cómo un docente cultiva la mente como el monte: cuando uno mira, escucha y aprende de lo que le rodea entiende que no es diferente de aquel adolescente que lucha por alcanzar lo que quiere; crece lento, y su corteza poco a poco lo protege. Y si nadie los detiene son dueños de su tiempo, de su tierra. Ay, ¿Quién pudiera…?

En el Quicho hay un capilla, símbolo de una fe pasiva: Lágrima que cae en tierra seca.

Pero al frente hay una escuela, símbolo de una fe curiosa: “¿Qué es lo que embellece al desierto?” -y al recordar al Principito, se me llena la fe de lágrimas- al fondo de la escuela brota, para vida, el pozo que se esconde en todos los desiertos. No es de los veloces la carrera, ni de los valientes la batalla… es de aquellos que, contra todos los pronósticos, van y cavan.

¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!

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Me encuentro en esa mirada de maderas, ladrillos, perros, yuyos, barro, mujeres, niños y niñas. En el espacio cómplice entre la inocencia y la resistencia. En el camino constante de aprender a mirarnos y sabernos siempre acompañados y acompañadas. Me encuentro mirando a los que miran y se encuentran con otros y otras en la Comunidad Marta Juana González de Villa el Libertador, Córdoba.

Recordando a los evangélicos de Odessa, condenados a un cuarto de siglo de prisión en los años treinta por sus creencias y confinados por el estalinismo en los Gulag de Siberia. A todos los que sostuvieron su fe, a los que ayudaron a sus compañeros enfermos en los terribles inviernos siberianos, a los hermanos Adyigerey, cuyos hijos eran amigos de Lídochka en Odessa durante los años cincuenta, gracias y gracias totales hermanos evangélicos pentecostales de Odessa.

El edificio no importaEste templo Yo lo reconstruyo.

LaReforma Protestante que deforma el progre tanto.

Conocí a Irito en San Juan; estábamos en un pre-encuentro de estudiantes de Sociología. Recuerdo que un amigo en común, Pedro, me insinuó que era alguien con una sensibilidad especial… digamos, algo espiritual. No sé si en ese momento su ojo crítico ya miraba el mundo desde un pentaprisma, pero es una alegría incontenible saber que podemos mirar, al menos de manera estática, un poquito el mundo como ella lo ve: tan luminoso y delicadamente exuberante. Compartimos con ustedes la íntima percepción de aquellos seres que se buscan a sí mismos en el otro, en la distancia cómplice y poética de un foto.

De repente las luces se apagaron. La oscuridad se apoderó de nuestras miradas como un virus.La ceguera en los corazones llegó a los ojos.Las casas iban una a una entrando en la sombra. La sensación de desamparo se hizo certeza cuando, en las calles, los vecinos se veían por vez primera entre penumbras, para tratar de entender qué pasaba. Intercambiaron direcciones y reconstruyeron a su manera los hechos. Sabiendo que es la única manera de conocer.La respuesta estaba ardiendo sobre los cables. El Fuego no se consumía.Orgulloso en su insolencia, inoportuno y contundente como el amor, sublime y mágico. Total.El desconcierto se volvió señal para aquellos corazones atentos, respetuosos del Espíritu.Sin entender ni poder resolver nada, cada uno volvió a su refugio (cavernas vacías cuando la luz no las adorna) para que el sueño los ayudara a viajar en el tiempo.Nuestra especie sobrevive porque es la mejor adaptada para huir; hasta de sí misma.

El pasado verano se realizó “Fronteras” como parte del E.M.U en las afueras de la ciudad de Córdoba. El tema del encuentro fue “¿Cómo atravesar aquello que nos separa del otro?” Un grupo de 30 personas asistieron a los talleres sobre temáticas que trataban sobre las dimensiones sociales, políticas y culturales que rodean a la espiritualidad cristiana en el Siglo XXI.

Puente
Wednesday, April 19th 2017
 Josías Acostapoema

Entre nosotros un abismo. Por eso el puente.Nuestra distancia es un vacío, no se puede ignorar.Si nos separa o nos invita es incierto, lo sé.Pero lo cierto no moviliza ni hace crecer.Porque lo cierto, que te hipnotiza, no te hace cruzar.Si nos miramos no es que entendamos.Si nos peleamos es que tratamos.Si nos queremos no es tan terrible el abismo.Terrible es no cruzar por amarse mucho uno mismo.Si me invitás a dar el salto (dejemos el cinismo)sabé que es obvio que caiga y listo.No me invites a fallar. Por eso el puente.

40 años de Kairós
Wednesday, November 2nd 2016
 Almendra Fantillicomunidadeventoreseñavarios

El encuentro me resultó muy grato. La pasamos los cordobeses muy bien, volvimos contentos, con ganas de que “se repita”. El tema es que si hay que esperar otros 40 años y va a estar medio difícil… Fue rico en conocer personas, actividades, crear vínculos, conocer proyectos en marcha y pasar un fin de semana en comunidad. Gracias a todos los que pusieron el trabajo necesario para que fuera posible, seguramente más que el que nosotros vimos. Generar semejante movida debe llevar tiempo, mails, dinero, esfuerzo, idas y venidas que quedarán ocultas. Dios recompense a todos esos esfuerzos ocultos, como también a las personas que trabajaron de atrás, para que la pasáramos bien. Volví a casa con comentarios, contando a mi esposa la rica experiencia. Pasaron algunos días y yo seguía dale que dale, que conocí a éste, que conocí a aquel otro. Rico en personas de distintos lugares, en relatos, proyectos, experiencias. Guau!! Cuantas cosas lindas. Dios ha sido bueno en regalarnos este tiempo, que podamos capitalizarlo bien es mi deseo, que semejante siembra que recibimos pueda dar una abundante cosecha. Amén.

Dios mío
Wednesday, November 2nd 2016
 Josías Acostafeidentidadpoema

Tanto miedo junto, solo significa paz.Tanta libertad de golpe y no me atrevo a escapar.¿No puedo vivir sin cadenas?No puedo sostener una mentirani puedo entender la ironía:“¿Qué necesidad?”¿Cómo cambiar todo por una promesa?No espero que me entiendan.Tan solo no tiren a matar.

Conocí a Irito en San Juan; estábamos en un pre-encuentro de estudiantes de Sociología. Recuerdo que un amigo en común, Pedro, me insinuó que era alguien con una sensibilidad especial… digamos, algo espiritual. No sé si en ese momento su ojo crítico ya miraba el mundo desde un pentaprisma, pero es una alegría incontenible saber que podemos mirar, al menos de manera estática, un poquito el mundo como ella lo ve: tan luminoso y delicadamente exuberante. Compartimos con ustedes la íntima percepción de aquellos seres que se buscan a sí mismos en el otro, en la distancia cómplice y poética de un foto.

Nací en la ciudad de Mendoza en una familia cristiana evangélica bautista de origen cultural mixto; mi papá era hijo de españoles y mi mamá era checoslovaca pero argentina nacionalizada, ya que había emigrado con su mamá cuando tenía 4 años. Los dos amaban al Señor con todo su ser y con profunda ternura.

Ocurre espontáneamente, de modo tan imprevisto que es una constante. No esconde segundas intenciones, ni resiste la crítica de un ojo experto: simultáneamente alberga todas las interpretaciones, caja de Pandora de la hermenéutica moderna.